Madre mía no os podeís ni imaginar la calor que hace por esta zona... ayer estuve sudando la gota gorda!!! mi termómetro llegó a marcar hasta los 31º...
Pero centrémonos e iremos directos al grano, esta tarta que os voy a enseñar la hice la semana pasada para un niño llamado Julio, para celebrar su 7º cumpleaños. La anécdota que podría contaros con esta tarta fue que lo primero que me preguntó su madre fue si le había puesto el número 5... en ese momento me quería morir, no sabía donde mirar y decirle que me había equivocado y era un 7 lo que había puesto en la tarta!!!!!!! uno de esos escalofrios que empiezan por el primer dedito del pie y te recorren hasta lo más alto de la coronilla me dió y todo.... se me cayó el alma y lo que no es también... pero todo se quedó en una broma que le quiso hacer a su hijo... pero menudo susto.
Y como que le hizo una broma,pues es que Julio vino a recoger él mismo su tarta... y esto pasa muy pocas veces, pero reconforta... verle la cara de asombrados... esas caras dan tanto... aportan y transmiten algo... no sabría como explicaroslo, solo puedo deciros que me dibujó una sonrisa para toda la tarde y me volvió a recordar porqué a veces me puedo llegar a tirar noches y noches hasta las tantas de la madrugada haciendo esto.
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